Parusia o Epifania
Por Wally Santos Parusía o Epifanía (Del Gr. Parousia y Epiphaneia)
Dos palabras que, aunque parecen extrañas, hacen la diferencia entre un evento y otro, entre un momento y otro. Cuando escuchamos los comentarios de diversos sectores cristianos en general, respecto a la venida del Señor a la Tierra, observamos una gran cantidad de opiniones que van desde lo más sagrado (apegado a las Escrituras) hasta lo más absurdo.
Por ejemplo, ¿ha visto Ud. un famoso cuadro (o representación gráfica) del arrebatamiento de la iglesia en alguna librería cristiana o casa de algún hermano en la fe? Seguramente sí (sino aquí se lo muestro). Esta imagen representa la forma de pensar de la gran mayoría del pueblo de Dios, donde los cristianos son arrebatados estén donde estén, y los vehículos, aviones o buses colisionan, pues sus conductores cristianos desaparecieron. En el peor de los casos, hay cristianos que ya no creen en el arrebatamiento de la iglesia. Y peor aún, hay muchos “ministros de Dios” que ya no creen en este evento, predicando que el Señor ya no vendrá a llevarse a los suyos o que el arrebatamiento es un tema anticuado o risible para la iglesia de hoy.
Para esta gente que ya no cree en el arrebatamiento de la iglesia fiel, ¿cómo pueden explicar las citas bíblicas que hablan de ello? Como 2a Cor. 5:1-10, 1a Cor. 15:51-55 y por supuesto 1a Tes. 4:15-17. ¿Cómo podrían explicar la gran cantidad de historias bíblicas que nos hablan, en figura, de este glorioso momento? Como ejemplo, la historia del encuentro de Rebeca e Isaac en Génesis 24, que nos narra cómo Abraham (tipo del Padre) envía a su siervo (tipo del Espíritu Santo) a buscar y preparar a la futura esposa de su hijo Isaac (tipo de Jesucristo), el siervo se encuentra con Rebeca (tipo de la Iglesia-Novia) y la prepara con joyas y regalos (tipo de los dones del Espíritu) para su encuentro con Isaac (tipo de la Parusía del Señor).
En 1a Tesalonisenses 4:15-17 nos explica cómo será el momento del arrebatamiento de la iglesia, (Biblia Las Américas):
“Por lo cual os decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.”
Este pasaje nos narra el momento en que el Señor viene a las nubes y desde allí llama a la “iglesia-novia”. Pero antes, expliquemos estas palabras clave que nos darán una mayor comprensión de este evento:
Arrebatados: (726 Strong´s) del Gr. Harpazo que significa “Arrancar para irse lejos, coger de un tirón, pescados hacia arriba, atrapados, capturados, arrebatar hacia arriba, tomados de un tirón, sacar de un tirón, tirar de un solo golpe, partir, reclamados (desde arriba)”.
Venida: Esta palabra tiene varias acepciones en Griego, dos de ellas es “Parousia” y “Epiphaneia”:
Parusía (Parousia - 3952 Strong´s) significa “Aparición o presencia, el regreso.”
Epifanía (Epiphaneia - 2015 Strong´s) Significa “Uno apareciendo, manifestación, luminusidad”.
Ambas palabras se refieren al regreso del Señor, pero la diferencia estriba en que PARUSÍA va orientado a una manifestación en “secreto” y EPIFANÍA a una “manifestación pública”. Tomando como ejemplo a una pareja de enamorados, Parusía sería los encuentros de ellos en privado para decirse lo mucho que se aman, mientras que Epifanía sería el encuentro público de ellos, como el “encuentro” en la ceremonia de bodas.
En 1ª Tesalonisenses 4:15-17, el apóstol Pablo usa “Parusía” para referirse al momento de la “Venida Secreta” de Jesucristo en las nubes, para desde allí, llamar a los suyos y transformarlos, como lo dice en 1 Corintios 15:51-58. Por supuesto, como es una venida “secreta”, nadie del mundo se dará cuenta que, ciertos “locos”, ya no están, posiblemente varios días después notarán que algunas personas desaparecieron. Por esa razón, ese cuadro que les mencioné antes, me parece que no está apegado a lo que la biblia enseña y desafortunadamente en muchas iglesias se predica así. ¿No cree Ud. que sería muy evidente la desaparición de muchas personas para que hubiera accidentes por todos lados simplemente porque algunas personas “ya no están”? El “Arrebatamiento” no será así, será en secreto. Algunas citas donde se utiliza Parusía son: 1ª Tes. 2.19, Santiago 5:8, etc.
Mientras que la palabra “Epifanía” es utilizada para dar el sentido de una “manifestación visible, brillante” del Señor. Es decir la segunda venida del Rey de Reyes a la Tierra. Por Ejemplo, en 2ª Timoteo 4:8 dice:
“Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su VENIDA”.
Cuando analizamos el pasaje completo (versos del 1 al 8), observamos que Pablo se está refiriendo, no a la parusía, sino a la manifestación pública de Jesucristo ya como Rey, el verso 1 dice “… en la manifestación de Su reino”. Es aquí donde todo ojo le verá, todo mundo le verá, tanto el pueblo de Dios como los pecadores del mundo le verán descender desde el cielo. Aquí Jesucristo viene a instalar Su Reino. El reino que Dios el Padre le prometió a la descendencia de David (Sal. 2:6-12, Sal. 110, Miq.5:2, Sal. 89:3-4,26-29, Sal. 45:6-7, etc.).
Debido a la confusión doctrinal (en cuanto a la venida del Señor y la Resurrección de los muertos en Cristo) que ya imperaba en los tiempos de Pablo, Pablo le decía a la iglesia que no creyeran en tales enseñanzas (2ª Tim. 2:16-19), sino más bien, que creyeran en el fundamento de Dios que permanece, lo que está escrito en Su Palabra (Verso 19). De igual manera, en 2ª Tes. 2:1-2 (Ver. Américas) nos dice Pablo:
“Pero con respecto a la venida (Parusía) de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con Él, os rogamos, hermanos, que no seáis sacudidos fácilmente en vuestro modo de pensar, ni os alarméis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado. Que nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición”.
Este pasaje generalmente se aplica a los días previos del Anticristo y al período de la Tribulación, pero ¿acaso no hay apostasía, pecado e hijos de perdición en las iglesias de hoy? Es decir, no todos los que asisten a una iglesia son salvos, también hay inicuos. Lo interesante es que Pablo aquí, aplica el término “Parusía” respecto a la venida del Señor, y no “Epifanía”.
Creo profundamente que estamos viviendo los “Tiempos Finales”, y muchos negarán la existencia del “arrebatamiento de la Iglesia”, y predicarán otras cosas, alejadas de la sana doctrina. Posiblemente tendrán muchos seguidores, pero a pesar de ello, crea o no el pueblo de Dios sobre este tema, el Señor viene por los suyos, y desde ya el Espíritu Santo está preparando a los que experimentarán el arrebatamiento de la “iglesia-novia” para su encuentro “secreto” con nuestro Señor Jesucristo.
La gran mayoría del pueblo de Dios (iglesia-salvos) espera la segunda venida del Señor a la Tierra (Epifanía), y no sólo ellos lo verán, también todo el mundo, pues será el regreso visible del Señor a vencer a sus enemigos e instalar Su Reino. Sin embargo, hay un pequeño grupo (iglesia-novia) que espera la venida secreta de nuestro Señor (Parusía), para ser transformados y más adelante (después de la Tribulación), regresar “con Él” para instalar el reino de nuestro Señor Jesucristo.
Parusía o Epifanía, la venida del Señor “POR” su Novia o “CON” su Esposa. En la Parusía Jesucristo viene “POR” su novia fiel, mientras que en la Epifanía el Señor viene “CON” su esposa. A pesar que Jesucristo, en su segunda venida, viene ya casado, también habrá pueblo de Dios en la Tierra, y también enemigos a los cuales viene a vencer. ¿De qué grupo es usted? ¿De los que vienen “con” Él o de los que “le verán” a Él venir con su esposa?
Si usted ha notado, en este artículo he hecho mucho énfasis en utilizar “iglesia-salvos” e “iglesia-novia”, pero esto será motivo de otro tema.
Desafortunadamente, los participantes de la Parusía son pocos, pues hay requisitos que llenar y no todo el pueblo de Dios está dispuesto a cumplir. Pero alguien podría preguntase ¿Todo el pueblo de Dios es salvo (Iglesia-salvos)? Por supuesto que sí, Jesucristo pagó el precio, pero para llegar a ser Iglesia-novia, hay otros requisitos que Pablo dice, debemos cumplir.
Yo en lo particular, soy salvo, Jesucristo es mi Salvador, pero además espero y anhelo ser tenido por digno de participar en la Parusía del Señor, espero que Usted también. Dios le continúe bendiciendo.