jueves, 18 de agosto de 2011

LA VENIDA DEL SEÑOR (PARTE 1)

LA VENIDA DEL SEÑOR
(Primera Parte)
Por Wally Santos



Desde hace algunos días el Señor me ha inquietado a escribir algo respecto a la venida de Él. No me decidía cómo nombrar este tema, frases como “La Venida del Señor”, “El encuentro secreto con el Señor”, “Preparándonos para nuestro encuentro con Jesucristo”, “La Parusías, paso previo al Arrebatamiento de la Novia”, “Prefiero la Parusía y a la Epifanía”, etc. Muy bien, todos estos títulos estarían bien para el tema que quiero compartirles.

Esta inquietud surge debido a la necesidad de recordarle al pueblo cristiano que el pronto regreso de nuestro Señor Jesucristo por su Iglesia-Novia es inminente, está a las puertas. Este evento tan precioso deberíamos anhelarlo ardientemente en nuestra vida, pues es un Premio de parte del Señor para todo aquel que vive de acuerdo a su Palabra, se consagra y busca al Señor con todo su corazón. En síntesis, que le ama y ama su venida.

La vida Eterna:
Hablar del pronto regreso del Señor Jesucristo, implica abordar el tema de la vida Eterna. Porque cuando Él regrese a llevarse a su Amada, la llevará con Él para estar juntos por toda la Eternidad.

Cada día veo con más asombro que la Iglesia en general diseminada por todo el mundo, pierde progresivamente el amor a Dios y a su Palabra. Por ejemplo, en un artículo anterior nos referimos a un ministro de Holanda (entre miles de todo el mundo) que le enseña a su congregación a vivir como quiera y que “disfrute de la vida todo lo que pueda” mientras está en este mundo, pues posterior a esta vida, ya no hay NADA. Es decir, para este “pastor” no hay vida eterna, no existe la gloria venidera, mucho menos el reino eterno del Padre. Este pobre hombre (porque de verdad me infunde lástima sino vuelve al Camino), o no ha nacido de nuevo, o simplemente “otras cosas” ocupan el primer lugar en su corazón. Y eso se llama idolatría. Y los idólatras no heredarán el reino de Dios. Pero idolatría no es sólo rendirle culto a una imagen muerta (santos, cruces, muñecos, etc.) sino también es todo aquello que ocupa el primer lugar de tu corazón y que no es el Señor Jesucristo. Observa lo que dice Pablo al respecto:

¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los IDÓLATRAS, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.” (1 Cor 6:9-10 LBLA)

Todas las personas que viven en estas circunstancias no heredarán el reino de Dios. Dejar de amar al Señor es muy grave. El estado “normal” de un hijo de Dios debería ser “amar al Señor con toda la mente y con todo el corazón”. Apliquémosle a este “pobre” hombre (que necesita al Salvador) la siguiente cita que brotó de los labios de nuestro Bendito Dios, Jesucristo:

“Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. ESTE ES EL PRINCIPAL MANDAMIENTO. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. (Mar. 12:29-31 RV60)

En este pasaje, una persona le pregunta al Señor que… cuál era el primer mandamiento de la Ley, y Jesús le responde de esa forma. Qué gran lección. Quizá el fariseo que preguntó eso pensaba que Jesús le respondería: “Guarda los 10 mandamientos” o “practica los ritos de los fariseos” o “Vive como quieras, pero trae tus ofrendas al templo”. NO, el Señor le responde “OYE”, porque antes de “hacer algo para la obra de Dios” debemos preguntarle al Señor qué es lo que hay que hacer. Dios puede responder, Dios aún habla HOY.

Vemos que este pastor de Holanda, no cumple con ninguna de estas palabras del Señor Jesucristo. No guarda el primer mandamiento que es “OYE” Israel, luego “AMA” al Señor. Y el segundo “Ama a tu prójimo”. El primer mandamiento está formado por dos cosas: Oye y Ama. En primer lugar, este pastor no OYE la voz de Dios, porque si la oyera estaría predicando el evangelio de Jesucristo, tampoco AMA al Señor, porque si lo amara guardaría Su Palabra y la pondría por obra, y menos aún AMA A SU PRÓJIMO, porque si los amara, no les diría desde el púlpito que “vivan como quieran”, haciendo que se condenen por no vivir de acuerdo a la Voluntad de Dios.

Casi siempre nos enseñan que el primer mandamiento es “Ama al Señor”, pero la Palabra es bien clara cuando dice “OYE” y luego “AMA al Señor”. No podemos amar si antes no hemos oído al Señor qué quiere de nosotros. Esto nos indica que es importante que, para amar a Dios sobre todas las cosas, debemos pasar tiempo en la “intimidad” con Dios, para buscarle, para OIRLE y para abrir nuestro corazón al Señor. Intimidad con el Señor no es una actitud rutinaria de estar “orando” (monólogamente) 3 o 4 horas diarias. Es más, Pablo dijo que oráramos en todo momento y en todo lugar, no debe haber “rutinas”. Es decir, que siempre estemos “conectados” con el Señor. Parece difícil, pero no es imposible. Y es que, realmente, cuando estamos enamorados del Señor, sólo nos interesa lo de Él, sólo queremos saber qué quiere Él de nosotros. Él quiere DIALOGAR con nosotros. La oración que comúnmente hacemos o nos ha enseñado la “Santa Tradición Cristiana” es: “Señor dame esto, dame lo otro… bendíceme, bendice al fulano y al mengano… Amén”. Es una comunicación en una sola dirección, un monólogo. Y no escuchamos lo que Él quiere decirnos. El Señor quiere dialogar con nosotros.

Tomando de nuevo el ejemplo, este supuesto “ministro”, No ama al Señor, porque No guarda su Palabra. En Juan 14:23-24 (LBLA= Biblia las Américas) encontramos lo que Jesús dijo a este respecto:

Jesús respondió, y le dijo: SI ALGUNO ME AMA, GUARDARÁ MI PALABRA; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que oís no es mía, sino del Padre que me envió.”

Y sucede que la Palabra del Señor dice en varias citas que Él viene pronto por su iglesia y que se fue a preparar lugar para nosotros en la casa de Su padre. Entonces, concluimos que este “pastor” no ama a Dios porque NO guarda Su Palabra, mucho menos cree en ella y peor aún, predica eso a sus ovejas. Cuando la Biblia nos dice en muchas citas que hay Vida Eterna, es porque las cosas no terminan al morir, Es más, todos los seres humanos continúan su existencia después de morir en esta Tierra. Con la diferencia que, el que murió en Cristo es llevado al Paraíso de Dios para disfrutar de la vida Eterna con Cristo y el que murió sin Cristo en su corazón y no se arrepintió de sus pecados, lo llevan al sufrimiento del Hades mientras llega el Juicio de Gran Trono Blanco donde le darán su condenación final. Observa las siguientes citas:

“Porque este es Dios, nuestro Dios, por siempre y para siempre; Él será nuestro guía aun MÁS ALLÁ DE LA MUERTE (Salmo 48:14 Versión Aramea)

Me gusta la forma como esta versión Aramea de la Biblia lo dice, porque expresa el verdadero sentir que el Salmista quería trasladar. Esta cita se refiere que, todos los que ya somos hijos de Dios (que recibimos a Jesús como nuestro Salvador), si llegáramos a morir (físicamente), aún después de la muerte, Cristo Jesús sigue siendo nuestro Gran Pastor. Porque estaremos siempre con Él.

“Ese día volverán a vivir muchos de los que ya han muerto. Unos se levantarán de la tumba PARA VIVIR PARA SIEMPRE, pero otros volverán a vivir para sufrir por siempre la vergüenza y el horror. (Dan 12:2 TLA)

Este pasaje nos indica que TODOS los seres humanos serán resucitados, TODOS. Salvos y no salvos, pero como dije anteriormente, los muertos en Cristo resucitan para vivir eternamente con nuestro bendito Dios, y los otros se levantarán al final del período milenial, para ser enjuiciados y condenados por la eternidad en sufrimiento (Apoc. 20:12-15).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, MAS TENGA VIDA ETERNA.” (Juan 3:16 RV60)

Aquí nos promete Dios que si recibimos a su Hijo Jesucristo como nuestro Salvador y creemos en él, no nos perderemos y tendremos la vida Eterna, ¡Qué gran amor de nuestro Dios!

“El que cree en el Hijo TIENE VIDA ETERNA; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36 RV60).

Esta es otra cita bíblica donde se dice claramente que el requisito para la vida eterna, es creer en Jesucristo. No hay otro camino, NO EXISTE otro camino. Con el respeto que se merecen las religiones y quienes las practica, pero sólo hay UN CAMINO hacia Dios, Jesucristo.

Jesús dijo en Juan 14:6 YO SOY el camino, la verdad, la vida; NADIE VIENE AL PADRE SINO POR MÍ.”

Nuevamente, con el respeto que se merecen las religiones, no es a través de la virgen María, ni de ningún Santo, ni del Papa, ni Buda, ni Krishna, ni los escritos de José Smith, ni de Charles Taze Russell, ni Mahoma, ni a través de la filosofía de la Nueva Era, Masones, ni a través de brahmanismo, que el ser humano alcanzará la salvación de su alma. SÓLO A TRAVÉS DE JESUCRISTO, ÉL es el ÚNICO CAMINO hacia la vida eterna.

“Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final.” (Juan 6:40 LBLA)

Esta es otra hermosa cita donde nuestro Señor Jesucristo nos dice que Él se compromete a resucitar a los que mueran creyendo en Él. Si acaso hemos de morir físicamente, Él prometió resucitarnos.

“Y esta es la VIDA ETERNA: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3 LBLA).

Jesucristo nos enseña que es posible conocer a Dios el Padre, y sólo lo conocerán aquellos que tienen vida eterna, porque Dios es un Dios de vivos y siendo guiados por Jesucristo llegaremos a vivir eternamente para hacer la voluntad del Padre Celestial.

“Quien sólo vive para pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la VIDA ETERNA por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.” (Rom 6:23 TLA).

La Biblia nos dice que el pecador morirá si no se arrepiente de sus pecados. Pero entendamos que esa muerte, es una muerte eterna (no sólo la física). Decía anteriormente que el pecador estará en sufrimiento eterno por rechazar la vida eterna que Jesús le ofrecía. Recordemos que Dios es un Dios de VIVOS (Redimidos por la Sangre de Jesucristo), y estar alejados de Dios “eternamente” significa una muerte eterna. Alejarse de Dios implica muerte, estar cerca de Dios implica vida, y vida eterna, porque Él es Eterno.


Específicamente, la Biblia nos dice en Apoc. 20:12-15 que el que no se halló inscrito en el libro de la Vida (del Cordero de Dios) fue lanzado al Lago de Fuego, y eso es por la eternidad, es la muerte eterna. Los que sean condenados en ese día de Juicio estarán alejados de Dios por toda la eternidad, metidos en el Lago de Fuego, Dios se olvida de ellos para siempre.

“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, VENDRÉ OTRA VEZ, y os tomaré a mí mismo, PARA QUE DONDE YO ESTOY, VOSOTROS TAMBIÉN ESTÉIS.” (Juan 14:1 -3 RV60).

Estas preciosas palabras de nuestro Señor Jesucristo, nos dicen que Él VENDRÁ OTRA VEZ, a traernos y llevarnos a la casa del Padre Celestial, a la casa de YHWH de los ejércitos (según los eruditos en el antiguo arameo y hebreo, la pronunciación más cercana a nuestra fonética para YHWH es “Yahué”). Entonces, no me explico por qué hay tantos “ministros” diciendo que no existe un “más allá”, que no hay tales de una vida después de la muerte, que no hay seguridad de una Vida Eterna. Realmente no sé qué “evangelio” están predicando ellos, porque Mi Evangelio (el de las Escrituras), me dice que Jesús pronto regresará a traer a su Iglesia-Novia para que esté con Él por toda la Eternidad.

Otros “predicadores” que no han caído al extremo del Reverendo Klaas Hendrikse (de Holanda), que no cree en la vida después de la muerte, pero de igual forma, no predican del pronto regreso del Señor Jesucristo, porque consideran que es un tema obsoleto o no importante para nuestros días. Están entreteniendo a la gente de sus congregaciones con temas muy “terrenales”, basados más en el humanismo que en la biblia, temas como: 5 pasos para alcanzar el éxito”, “El cristiano exitoso en los negocios”, “Descubre al Líder que hay en ti”, “Millonarios por la Fe”, “Desarrollando el pensamiento creativo en la iglesia”, “Iglecrecimiento = Iglesia de Éxito”, “Una Iglesia con visión empresarial”, y la lista sigue y sigue. No digo que esto estos temas sean dañinos, pero el problema radica en que, al no existir intimidad con Dios y una falta de búsqueda de la Revelación que viene de arriba, no le queda otra alternativa a estos predicadores que utilizar “métodos humanos” para hacer la obra “espiritual” del ministerio.

El apóstol Pablo le dijo a los habitantes de Corinto (1 Cor. 2.3-5 RV60):

Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras PERSUASIVAS DE HUMANA SABIDURÍA, sino con DEMOSTRACIÓN DEL ESPÍRITU Y DE PODER, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, SINO EN EL PODER DE DIOS.”

Pablo predicaba con Temor y Temblor porque, teniendo él mucha sabiduría humana, le interesaba más dar las palabras correctas del Espíritu con el respaldo del Poder de Dios. A Pablo no le interesaba dar mensajes para “educar” a las congregaciones, sino deseaba que su mensaje “TRANSFORMARA” la vida de las personas para buscar la santidad, la consagración, PREPARAR A LA IGLESIA PARA SU ENCUENTRO CON SU SEÑOR y el hacer la voluntad de Dios. De igual forma, eso le enseñaba al joven discípulo y predicador Timoteo (2 Tim. 4:1-5 RVA):

Te requiero delante de Dios y de Cristo Jesús, quien ha de juzgar a los vivos y a los muertos, tanto por su manifestación como por su reino: PREDICA LA PALABRA; mantente dispuesto a tiempo y fuera de tiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y enseñanza. PORQUE VENDRÁ EL TIEMPO CUANDO NO SOPORTARÁN LA SANA DOCTRINA; más bien, teniendo comezón de oír, amontonarán para sí maestros conforme a sus propias pasiones, Y A LA VEZ QUE APARTARÁN SUS OÍDOS DE LA VERDAD, se volverán a las fábulas.”

Desafortunadamente, ese es el tiempo que ya estamos viviendo, pues hay gente que no soporta la Sana Doctrina, ni mucho menos la predican. Hay maestros (predicadores) enseñando cosas alejadas de la Verdad Bíblica, predicadores conforme a sus propias pasiones e intereses personales y otros enseñando fábulas, mitos que en nada se relacionan con el verdadero propósito de la enseñanza bíblica. El verdadero propósito que debería haber en la predicación es hacer que cada vez más, nos ENAMOREMOS DE CRISTO JESÚS.

Si estamos enamorados de Jesús, anhelaremos su pronto regreso. Le buscaremos en la intimidad, no porque nos lo impongan como una “cuota de tiempo”, sino porque le amamos, anhelamos escuchar Su Voz (que puede llegar a nosotros de muchas maneras: Biblia, Prédicas, incluso con su Voz audible, por medio de ángeles, por eventos que nos rodean, por los dones proféticos, por códigos bíblicos, Etc.), le alabaremos y le adoraremos.

Quizá para ti suene raro leer estas formas en que Dios puede hablar HOY. Pues claro que sí, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, el Dios de Moisés, el Dios de David, el Dios de Pablo, es el mismo Dios nuestro, y está VIVO, nos ama y quiere que seamos sus amigos. No sólo que seamos sus hijos, sino también sus amigos.


Una Pregunta, ¿Cuánto tiempo lees la Biblia al Día? Porque si dices que amas al Señor, tu Amado, deberías desear leer las “cartas” que dejó para nosotros (la biblia). meditando en estas cosas, dios me permitió llegar a esta conclusión: El cristiano normal LEE LA BIBLIA, el consagrado… LA ESTUDIA, pero el amigo de Dios… LEE ENTRE LÍNEAS. Por esa razón ahora entiendes porqué hay cristianos que entienden la Biblia en niveles diferentes. El deseo de Dios es que tú y yo seamos cristianos “Amigos de Dios”. Porque Sus secretos, Sus tesoros, las temas profundos de Su Palabra únicamente se las da a sus Amigos. Pero para llegar a ese nivel de intimidad con Dios, debemos amarlo con todo nuestro ser y buscarle continuamente.

Por cierto, en algunos lugares donde he ido a predicar de estas cosas, generalmente me preguntan ¿Qué es leer entre líneas? Pues bien, como lo aprendí de mi padre espiritual, leer entre líneas es “Ver, encontrar y entender” mensajes en la Biblia que otros no ven. Puedes leer varias veces una misma cita en diferentes oportunidades y siempre Dios te da algo nuevo en esa misma cita. Eso sólo puede ser posible por “Revelación” del Espíritu Santo, y allí se cumple la preciosa cita bíblica de 1 Cor. 2:9-10:

“Más bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio ni oído oyó, que ni han surgido en el corazón del hombre, son las que DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LE AMAN. PERO A NOSOTROS DIOS NOS LAS REVELÓ POR EL ESPÍRITU; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun LAS COSAS PROFUNDAS DE DIOS.

No entiendo porqué hay cristianos que se conforman sólo con “saber” la doctrina básica de la Biblia, porque la Voluntad de Dios es llegar a darnos esas COSAS PROFUNDAS de Él. El mismo apóstol Pablo quiso darles alimento sólido (Palabra profunda) a los de Corinto (1 Cor. 3:1-3 RVA), pero como eran carnales, niños en la fe (y otros enanos en la fe porque ya no se desarrollaron) tuvo que darle leche espiritual (doctrina básica) de nuevo. Dios quiere que nos desarrollemos, que lleguemos a ser hijos espirituales (maduros) para tomarnos como sus amigos y “conversar” con nosotros.

El bendito Espíritu Santo, quien le inspiró a los santos varones que escribieron la Biblia (2 Pedro 1:21), es el mismo Espíritu que nos puede abrir nuestra limitada mente y hacernos comprender la Palabra de Dios, como también Revelarnos hoy los misterios aún escondidos en la Santa Biblia.

Cada día experimento que este bendito Libro es sobrenatural, porque la Palabra de Dios es Sobrenatural y Eterna. Quiera Dios, que cada día nos enamoremos más y más de nuestro bendito Señor Jesucristo.

Continuará…. Bendiciones.

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