EL DESCUBIMIENTO DEL ARCA DEL PACTO Y
EL HOLOCAUSTO DE JESÚS
(Parte II)
Por Wally Wantos
En el artículo anterior compartimos acerca de la
fascinante historia de Ron Wyatt y el descubrimiento del Arca del Pacto que él
hizo en 1982 Así también de las experiencias sobrenaturales que vivió al tener
contacto con ángeles que el Señor le enviaba para animarlo a seguir con el
trabajo de arqueólogo para descubrir artefactos pertenecientes a la historia
bíblica. Y quizá el tema más importante
para la cristiandad, el descubrimiento de vestigios de la Sangre que Jesús
derramó en la cruz, Sangre que traspasó las rocas hasta llegar a caer sobre el
propiciatorio, el Arca del Pacto. Sangre que al ser sometida a exámenes
científicos, hablaban por sí misma que era única, era Sangre del Hijo de Dios,
y que estaba ¡¡VIVA… DESPUÉS DE DOS MIL AÑOS!!!.
Ron Wyatt
Además, expuse el escenario de aplicación para
nuestra vida hoy, y la tremenda importancia que tiene para el mundo cristiano,
que aún la misma Biblia nos habla del origen divino de nuestro Señor y que el
examen cromosomático realizado por científicos israelitas lo confirman.
La impresionante realidad que tiene para nosotros (como hijos de Dios) que los tres
testigos que el Padre de los Cielos nos dejó (El Espíritu Santo, la Sangre y el Agua) para atestiguar en la
Tierra que Jesucristo es Dios, es nuestro Salvador, el Cordero de Dios Perfecto
para
SUSTITUIRNOS de la condenación eterna.
Jesucristo realizó un ÚNICO sacrificio por nuestros
pecados con su misma vida en dos fases (como
lo dije en el artículo anterior). De
ese único sacrificio nos habla Hebreos:
Heb. 9:26 “De otra manera
le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del
mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó UNA VEZ PARA SIEMPRE por el sacrificio de sí mismo PARA QUITAR DE EN MEDIO EL PECADO.”
Heb. 10:11-12
“Y
ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas
veces los mismos sacrificios, que nunca
pueden quitar los pecados; pero Cristo,
habiendo ofrecido UNA VEZ
para siempre UN SOLO SACRIFICIO por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios”.
Jesucristo vino a ser el SUSTITUTO de nosotros
para que ya no pasáramos lo que por decreto divino nos tocaba pasar. Desde el Antiguo Testamento se nos venía
anunciado que habría una SUSTITUCIÓN. El simple hecho de que Dios el Padre le
ordenara a Moisés instituir los sacrificios de animales para perdón de nuestros
pecados, desde allí se estaba sustituyendo al pueblo de Dios por un animal de
sacrificio. Si no hubiese sustituto,
entonces el pueblo de Dios hubiese tenido que
sufrir las consecuencias de su pecado, pero Dios en su gran amor, les
dio a los israelitas un sustituto, los animales de sacrificio.
Todo esto era “figura”
o ejemplo de lo que a la iglesia de Jesucristo le iba a pasar. El Señor vino a buscar una esposa (la iglesia) y dio su vida por ella,
derramó su sangre por ella y por todos los que habrían de ser salvos.
Efesios 5:25-27
"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, Y SE
ENTREGÓ A SÍ MISMO POR ELLA, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del
agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino que fuese santa y sin
mancha.”
Pues bien, el Señor Jesucristo vino como el CORDERO
DE DIOS PERFECTO que quitó, por medio de su Sangre derramada, el pecado
de nosotros y nos libró de la condenación eterna por medio de su sustitución,
Él en lugar de nosotros en el Lago de Fuego.
¿JESÚS EN EL LAGO DE FUEGO?
¿ACASO JESÚS LLEGÓ A ESE LUGAR
POR NOSOTROS? Nos podríamos preguntar…. Y la respuesta es “SI”. Jesucristo nos sustituyó en el Lago de
Fuego, que es la muerte segunda, según Apoc. 20:11-15
Apoc. 20:11 “Y vi un gran
trono blanco y al que estaba sentado en él,
de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
Apoc. 20:12 Y vi a los
muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas
que estaban escritas en los libros,
según sus obras.
Apoc. 20:13 Y el mar entregó
los muertos que había en él; y la muerte
y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Apoc. 20:14 Y la muerte y el
Hades fueron lanzados al LAGO DE
FUEGO. ESTA ES LA MUERTE SEGUNDA.
Apoc. 20:15 Y el que no se
halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al LAGO DE FUEGO.”
Concepto del lago de fuego
EL HOLOCAUSTO DE JESÚS:
Cuando hablamos de la SUSTITUCIÓN de
Jesucristo, hablamos precisamente de esa fase “B” del
sacrificio del Señor. Esa fase “B” que
casi nadie habla en las iglesias. Como
dije en el artículo anterior, todos sabemos de la obra preciosa (para nosotros) de lo que el Señor hizo
en la cruz (fase A). Pero el Señor tenía que hacer las dos
fases de su único sacrificio para llegar ante el Padre de la Gloria y decirle: “Padre, la obra redentora que me encomendaste, ya la
realicé, está terminada”. Y
que precioso hubiera sido presenciar ese momento, pero por la FE sabemos que
así fue, y el Padre fue allí donde le dijo: “Hijo,
siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies” (Heb.
1:13).
A esa fase “B” la llamamos la “Sustitución de Jesús” o “El Holocausto de
Jesús”. Si Jesús hubiera realizado
únicamente la fase “A” (el Sacrificio en
la Cruz), entonces su obra hubiese estado incompleta, pero a Dios gracias,
el Señor también llevó a cabo la fase “B”.
Apocalipsis 20:15 es bien claro cuando dice que “Y el que no se
halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al LAGO DE FUEGO.”
Y ese es el final de todo aquel que no reconozca a Jesús como su
salvador, pues no hay quien lo sustituya en el Lago de Fuego, y se perderá para
siempre. En el Libro de la Vida sólo
están inscritos los nombres de aquellos que aceptaron la sustitución de Jesús
para sus vidas.
Y alguno podría preguntarse, ¿Y porqué no nos han predicado de
esto en mi iglesia?, la verdad, no lo se. Quizá por ignorancia sobre este tema, quizá
porque les interesan otros temas que estén de “moda”, o simplemente sabiendo algo... no lo saben explicar. Pero lo importante es que la Biblia lo enseña
en diferentes historias desde la primer familia humana que hubo sobre la Tierra (Adán y Eva).
Cuando Adán y Eva pecaron, Dios les proveyó túnicas
de pieles de Cordero para cubrir su desnudez (su vergüenza). Con ello
Dios les estaba diciendo que, en lugar de pagar ellos (eternamente) por su falta, un cordero había dado la vida por ellos
para “SUSTITUIRLOS” de esa condenación eterna que merecían por su
desobediencia, aunque sí tuvieron que pagar con su vida física la consecuencia
de su pecado, pero con ese sacrificio del Sustituto, serían salvas sus almas de
la muerte segunda.
Otro ejemplo
lo vemos en Isaac cuando iba a ser sacrificado por su padre Abraham en el
monte. En el último momento, Dios
detiene a Abraham y le dice que no mate al muchacho, y Abraham observa que hay
un carnerito trabado en los matorrales, y
lo sacrifica en lugar de Isaac. Esto es una SUSTITUCIÓN.
Y otro ejemplo más, Dios le dice a Moisés que de allí en adelante, el pueblo de Israel
debería ofrecer sacrificios de animales para perdón de pecados. Sobre
esos animales recaería el peso del pecado de cada pecador, para no ser
muertos ellos, el animalito sería su sustituto.
Ahora bien, ¿De qué nos
sustituyó el Señor Jesús con su muerte? De la condenación eterna, respondería un
cristiano bien instruido en la doctrina de la Salvación. Y es correcta la respuesta.
En la primera parte de este Artículo, ofrecí una
amplia información de cómo Dios usó a un hombre (Ron Wyatt) para descubrir el lugar donde crucificaron al Señor
Jesús y del sistema de cavernas donde finalmente él encontró el Arca del Pacto
y vestigios de la Sangre de Jesús. Todo
ello nos confirma (por los análisis
cromosomáticos que le hicieron a la Sangre) que Jesús era el CORDERO DE
DIOS, y que su Sangre “llegó” sobre
el propiciatorio literalmente, como lo hacían los sumos sacerdotes en el
tabernáculo de Moisés. Asombrosa la
exactitud a como lo hacían en el Primer Templo.
Aunque, hago la aclaración, que nos enfocamos en la
parte ARQUEOLÓGICA de los aportes de Wyatt, y NO de sus creencias particulares
doctrinales de su fe Adventista.
Respetamos su fe, pero como
cristianos evangélicos NO la compartimos. Nosotros NO guardamos “días” (ni Sábados ni Domingos), nosotros los cristianos debemos vivir
TODOS los días como para el Señor, porque Cristo Jesús nos hizo libres de todos
esos yugos de la Ley Judía (que era para
los Judíos) y que algunos grupos nos la quieren imponer sin ser nosotros
judíos. La Iglesia de Jesucristo NO guarda días específicos, más bien debe
guardarse para el Señor. Y Pablo lo dejó
bien claro:
“Y a vosotros,
estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, ANULANDO EL ACTA DE LOS DECRETOS que
había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. POR TANTO,
NADIE OS JUZGUE en comida o en bebida, O EN
CUANTO A DÍAS DE FIESTA, LUNA NUEVA O
DÍAS DE REPOSO, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”. (Col 2:13-17 RV60).
En esta Segunda Parte, nos enfocaremos en esa “FASE
B” del sacrificio del Señor Jesús.
Esa que estuvo “oculta” a los
ojos del gran público, pero que sin ella, la obra no hubiera estado completa.
Afortunadamente, el Señor Jesucristo realizó su obra redentora COMPLETA
en sus dos fases, la VISIBLE (sobre la
cruz) y la OCULTA (en las
profundidades de la Tierra).
Cuando el Señor murió en la cruz, dice la Palabra,
que la tierra tembló y las rocas se partieron:
Mat. 27:51-54
Mat 27:51 “Y
he aquí, el velo del templo se rasgó en
dos, de arriba abajo; Y LA
TIERRA TEMBLÓ, Y LAS ROCAS SE PARTIERON;
Mat 27:52 y
se abrieron los sepulcros, y muchos
cuerpos de santos que habían dormido, se
levantaron;
Mat 27:53 y
saliendo de los sepulcros, después de la
resurrección de él, vinieron a la santa
ciudad, y aparecieron a muchos.
Mat 27:54 El
centurión, y los que estaban con él
guardando a Jesús, VISTO EL TERREMOTO, y las
cosas que habían sido hechas, temieron
en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios.”
Seguramente fue muy fuerte el Terremoto que se
sintió, luego que el Señor expirara.
Este terremoto tuvo tres propósitos:
1- Crear una fisura en la roca donde Jesús fue crucificado, para que su
Sangre fluyera unos metros hacia debajo de esa roca y caer su preciosa Sangre
sobre el propiciatorio del Arca del Pacto (que
Wyatt descubrió en 1982).
2- Abrir los sepulcros de muchos santos que ya habían dormido.
3- Seguramente abrir paso en la tierra y rocas, dentro de la tumba del
Señor, para que Él bajara a las partes más profundas de la Tierra.
1)
Pienso que este Primer inciso ya expliqué lo
suficiente en el “Parte I” de este Artículo.
2) ¿Con qué propósito se levantaron estos santos de sus tumbas?
Muchas veces estos versos se pasan por alto en las
predicaciones, pero realmente encierran una gran profundidad saber quiénes eran
ellos y con qué razones se levantaron.
Analicemos bien lo que allí dice.
La Palabra de Dios nos enseña que luego que el Señor
murió (estando aún sobre la cruz), el
velo del templo se rasgó, la tierra tembló, las rocas se partieron y los
sepulcros de muchos santos (es decir NO
todos, sólo algunos) se levantaron; pero el verso siguiente (53) dice que,
esos muertos, salieron hasta el tercer día, cuando Jesucristo resucitó. Entonces,
dicho de otra forma, estos cuerpos de santos se levantaron en el momento
de morir el Señor, pero salieron de sus tumbas hasta el día que resucitó el
Señor. Entre el momento de morir el
Señor y resucitar al tercer día, quiere decir que esos cuerpos de santos
estuvieron “HACIENDO ALGO” durante esos tres días. ¿Cierto?
Durante esos tres días, ellos serían testigos de lo que el Señor
Jesucristo haría.
3)
Luego que
Jesús muriera, lo llevan a la tumba y la sellan con una enorme roca.
Según
Wyatt era una roca en forma de rueda de unos 13 pies de diámetro.
Sin lugar a dudas, el aporte arqueológico de Ron Wyatt es impresionante, y hasta aquí dejamos los datos que este interesante arqueólogo nos legó. Ahora adentrémonos a estudiar lo que la Biblia nos dice acerca de lo que Jesús hizo luego de ser introducido en la tumba y los tres días subsiguientes:
Estando el cuerpo de Jesús en la tumba (una cueva), Él inmediatamente se
levanta, porque Él tenía el poder de volver a tomar su Vida:
“así como el Padre me conoce, y
yo conozco al Padre; Y PONGO MI VIDA por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque YO
PONGO MI VIDA, para volverla a
tomar. NADIE ME LA QUITA, sino que yo de mí mismo la pongo. TENGO
PODER PARA PONERLA, Y TENGO PODER PARA
VOLVERLA A TOMAR. Este mandamiento
recibí de mi Padre.” (Juan 10:15-18)
Jesús usó de ese poder, para volver a tomar su vida
luego que cerraron la entrada de su tumba.
Y un detalle muy importante… el cuerpo de Jesús se levanta pero sin
sangre, pues ya la había derramado TODA en la cruz. Pero se levanta para dirigirse, bajando, a las
profundidades de la Tierra. Y esos
santos, cuyas tumbas se habían abierto para que ellos se levantaran, bajaron
juntamente con Él como “testigos”,
pero sólo llegaron hasta cierta distancia, pues el resto del tenebroso camino
lo tenía que continuar el Señor “solo”. Eso es lo que estos santos hicieron
durante esos tres días, ser testigos de cómo el Señor Jesucristo se dirigía
hacia el abismo cuyo fondo era la puerta dimensional que lo llevaría a la
Muerte Segunda (o Lago de Fuego).
En todo el trayecto debajo de la Tierra, los
demonios, las potestades de las tinieblas y todos los enemigos de Dios estaban
allí, burlándose del Señor, haciendo y diciendo perversidades alrededor del
Señor mientras Él bajaba a los lazos de la Muerte Segunda. El Salmista narra proféticamente, lo que el
Cordero de Dios haría durante su camino (bajo
la tierra) hacia la Tierra del Olvido, la Muerte Segunda, Salmo 22:6-8
“Mas yo soy gusano,
y no hombre; Oprobio de los
hombres, y despreciado del pueblo. Todos
los que me ven me escarnecen; Estiran la
boca, menean la cabeza, diciendo: Se encomendó a Jehová; líbrele él;…”
Tú podrías decir que allí son “hombres” y no seres demoníacos quienes se burlan, pero observa
cómo continúa en los versos siguientes,
Salmo 22:11-15 (RV60):
11 No estés
lejos de mí, porque la angustia está cerca, pues no hay quien ayude.
12 Muchos TOROS me han rodeado; TOROS FUERTES de Basán me han cercado.
13 Avidos ABREN SU BOCA CONTRA MÍ, COMO LEÓN RAPAZ Y
RUGIENTE.
14 SOY DERRAMADO COMO AGUA, Y TODOS MIS HUESOS ESTÁN
DESCOYUNTADOS; MI CORAZÓN ES COMO CERA; SE DERRITE EN MEDIO DE MIS ENTRAÑAS.
15 Como un
tiesto se ha secado mi vigor, y la lengua se me pega al paladar, Y ME HAS PUESTO EN EL POLVO DE LA MUERTE.
Todos estos versos, indudablemente no los vivió el
salmista, sino estaba profetizando de los sufrimientos del Mesías en las
profundidades de la Tierra. Los Versos
16 al 18 nos hablan de lo que harían los hombres mientras él estaba en la cruz:
estuvo rodeado de inicuos, horadaron sus manos y pies, repartieron sus vestidos
y echaron suertes sobre ellos. Este es
el sufrimiento del Mesías en la cruz.
Centrándonos en los versos 11 al 15, observamos que
en el 15, el Señor sabe que se acerca al “lugar”
o la “puerta dimensional“ que conduce
a la Muerte Segunda, y dice Él que allí no hay quien ayude. Y ese es el lugar a donde irán todos aquellos
que rechazan a Jesús como su salvador.
Como no tienen sustituto, ellos irán a parar allí, al lugar donde nadie…
¡¡NADIE!! Los podrá ayudar.
En el verso 12, el salmista hace la comparación de
esos seres demoníacos como “TOROS”, “FUERTE TOROS”. Pero estos no son toros cualquiera, pues en
el verso 13 agrega el salmista que tienen fauces como de leones que
descuartizan y que rugen. Esa misma
característica se la aplican a Satanás, cuando dice la Escritura en 1 Pedro 5:8
(LBLA):
“Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro
adversario, EL DIABLO, anda al
acecho COMO LEÓN RUGIENTE, BUSCANDO A
QUIEN DEVORAR.”
Así que estos atributos son comúnmente aplicados a
las huestes infernales. Imagina esa
terrorífica escena: El Señor abriéndose paso entre esas hordas demoníacas,
bajando y encaminándose a lo más bajo de la Tierra, para sustituirnos a
nosotros de todo eso. Que Amor y que
Misericordia de la de nuestro Señor. Y
los testigos que Él levantó, quizá viendo a la distancia las burlas y
vituperios de todo el reino de las tinieblas.
En la cruz, sufrió los vituperios de los hombres malvados, y en el
Hades, el vituperio de los seres de la tinieblas.
Luego en el verso 14, Él experimenta los horrores de
la muerte segunda, allí ya se encuentra
Él solo, pues nadie jamás había entrado en aquel lugar. Esa “Tierra del Olvido”, la Muerte Segunda,
había sido preparada para todas las huestes infernales, seres de las tinieblas
que se rebelaron contra Dios el Padre.
Ellos aún no han sido juzgados, por esa razón no han sido lanzados
allí, pues en Apocalipsis
20:11-15 dice que será (seguramente)
después del milenio, cuando el Señor los halla ya juzgado en el Juicio del
Gran Trono Blanco, y eso es hasta el final.
Por esa razón podemos decir que, al Lago de Fuego, sólo Jesús ha
entrado allí, para que nosotros ya no
vayamos a aquel lugar por nuestro pecado.
En ese verso 14 dice que, Él es derramado como
aguas, es decir, se está desintegrando. Sus huesos se están desarmando, su
corazón se está derritiendo como se derrite la cera, al igual que todas sus
entrañas. Como que es un sufrimiento que
desintegra comenzando de adentro hacia afuera.
La Nueva Biblia Jerusalén (NBJ) 1998 dice:
14 “Como agua
me derramo, mis huesos se dislocan, mi corazón, como cera, SE FUNDE EN MIS ENTRAÑAS.”
Otra versión dice:
(LPD) 14 “Soy como agua que se derrama y todos mis huesos están
dislocados; mi corazón se ha VUELTO COMO
CERA Y SE DERRITE EN MI INTERIOR;”
El Verso 15, nos sigue narrando el sufrimiento y
llega ser semejante al polvo, “al polvo de la muerte”. Recordándonos el destino final del
animal del sacrificio, que luego de ser degollado, desangrado, y cortado en
pedazos, las partes del cuerpo eran puestos sobre el altar del Holocausto para
ser quemado completamente hasta hacerse ceniza (la ceniza es semejante al polvo).
Entonces, por la forma en que se realizaban esos sacrificios por el
pecado del pueblo, entendemos que Jesús, el CORDERO DE DIOS, tenía que llegar a
ser ceniza, quemado en el lago de Fuego.
Seguramente, quizá nunca habías conocido una historia
de Jesús como esta, pero la Biblia lo describe proféticamente desde el libro de
los Salmos. Otra cita donde se narran
estos horrores que experimentó nuestro bendito Señor Jesucristo, la encontramos
en el Salmo 88:4-12 (LBLA):
4 “SOY CONTADO ENTRE LOS QUE DESCIENDEN A LA
FOSA; he llegado a ser como hombre sin fuerza,
5 abandonado
entre los muertos; como los caídos a espada que yacen en el sepulcro, DE QUIENES YA NO TE ACUERDAS, y que han
sido arrancados de tu mano.
6 ME HAS PUESTO EN LA FOSA MÁS PROFUNDA, EN
LUGARES TENEBROSOS, EN LAS PROFUNDIDADES.
7 Ha reposado
sobre mí tu furor, y me has afligido con todas tus olas.
8 Has alejado
de mí mis amistades, me has hecho objeto de repugnancia para ellos; encerrado
estoy y no puedo salir.
9 Han
languidecido mis ojos a causa de la aflicción; oh SEÑOR, cada día te he
invocado, he extendido mis manos hacia ti.
10 ¿Harás
maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos y te alabarán?
11 ¿Se
hablará de tu misericordia en el sepulcro, y de tu fidelidad en el ABADÓN?
12 ¿Se darán
a conocer tus maravillas en las tinieblas, y tu justicia en LA TIERRA DEL OLVIDO?”
En el verso 4, se emplea la palabra hebrea “Böre” (o Bor) para designar FOSA, pero también
se traduce como “Abismo, Hoyo, mazmorra,
etc.”. Luego en el verso 6,
igualmente el salmista dice que: “Me has puesto en la fosa más profunda, en lugares
tenebrosos, en las profundidades.” En otras palabras, el Señor Jesús
llegó al “Abismo” más profundo, a los
lugares más tenebrosos en las profundidades de la Tierra, la MUERTE
SEGUNDA.
El verso 7 describe que el Señor ha sido dejado
solo, puesto que tenía que experimentar el total alejamiento del Padre,
sufriendo el juicio de toda la humanidad que le reciba como su salvador.
El Verso 8 nos dice que de ese lugar NO se puede
salir, es una cárcel eterna de sufrimiento, no hay amigo que pueda ayudar,
nadie puede rescatar a nadie de allí, es la TIERRA DEL OLVIDO (como lo dice el verso 12). Quienes entren en este lugar, Dios se olvida
de ellos, es como que nunca hubiesen existido, aunque de alguna manera
existencial, los condenados estarán allí sufriendo por la eternidad. Jesús sintió ese olvido (temporal) del Padre, para sustituirnos también de eso.
El verso 11 nos dice proféticamente que Jesús
pasaría por el sector del abismo llamado el Abaddón, que en Hebreo significa el
“lugar o Abismo de destrucción”. Ese lugar, según Apoc. 9:11, tiene un rey que
lo gobierna que se llama de igual forma
“Abaddón”, ése ángel caído es el regidor de ese sector del Abismo. Y ese mismo personaje de las tinieblas, será
el que comandará a los millares de seres monstruosos que invadirán la
superficie de la Tierra en el tiempo de la Gran Tribulación, para atormentar a
los hombres. Que por cierto, falta poco para que empiece ese periodo de juicios
de parte de Dios. Esos seres
monstruosos tendrán una apariencia tan aterradora, que la humanidad
desfallecerá con sólo verlos, a la mayoría de esa gente, esos seres los
atacarán, y por el sufrimiento que sentirán, desearán morir, pero la muerte
huirá de ellos. Qué terrible periodo, y
está por empezar dentro de poco. Apoc. 9:1-11 dice:
6 Y en
aquellos días los hombres buscarán la muerte,
pero no la hallarán; y ansiarán
morir, pero la muerte huirá de ellos.
7 El aspecto
de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de
oro; sus caras eran como caras humanas;
8 tenían
cabello como cabello de mujer; sus
dientes eran como de leones;
9 tenían
corazas como corazas de hierro; el ruido
de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la
batalla;
10 tenían
colas como de escorpiones, y también
aguijones; y en sus colas tenían poder
para dañar a los hombres durante cinco meses.
11 Y TIENEN POR REY SOBRE ELLOS AL ÁNGEL DEL
ABISMO, cuyo nombre en hebreo es ABADÓN,
y en griego, Apolión.
Imagínate, la gente que ahora rechaza a Jesús como
su salvador, dentro de poco verá el inicio de la Gran Tribulación, y verá con
sus propios ojos a ese Ángel del Abismo llamado Abadón y sus monstruosos seres
con una forma indescriptible para los humanos.
Esos seres no serán espíritus, sino serán seres corpóreos (Con cuerpo físico), que saldrán del
fondo de la Tierra para atormentar a los hombres.
Otra cita que nos habla al respecto, la encontramos
en el Salmo 139:13-15 (RV60):
Sal 139:13
Porque tú formaste mis entrañas; TÚ
ME HICISTE EN EL VIENTRE DE MI MADRE.
Sal 139:14 Te
alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy
maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.
Sal 139:15 No
fue encubierto de ti mi cuerpo, BIEN QUE
EN OCULTO FUI FORMADO, Y ENTRETEJIDO EN
LO MÁS PROFUNDO DE LA TIERRA
Aquí vemos que el Salmista está describiendo (verso 13) la formación del niño Jesús
en el vientre de María; y en el verso 15, menciona que el cuerpo del Cordero de
Dios estaba siendo formado nuevamente en lo oculto, donde ningún ser humano lo
podía ver, ni ningún ser infernal que se encontraban a inmediaciones del Abismo
lo pudiera observar, su cuerpo estaba siendo ENTRETEGIDO (pues había sido completamente destruido,
semejante a la ceniza) en lo más profundo de la Tierra, en el lugar llamado
Muerte Segunda.
Y en algún momento de esos tres días bajo la Tierra,
los demonios y todos los seres infernales se asombran cuando ven asomarse,
desde la profundidad de ese abismo, una silueta que viene saliendo y se dirige
hacia arriba, donde ellos disfrutaban la supuesta derrota del Hijo de
Dios. Y sus horripilantes cuerpos
empiezan a temblar ante la majestuosidad de un personaje que se acerca a ellos, y luego gritan de terror al
ver a Jesucristo, el Hijo de Dios, quien con una mirada penetrante y una voz de
trueno les dice “He resucitado, y ahora tengo las llaves de
la muerte y del Hades, he vencido a la Muerte”. Y le arrebata esas llaves a
Satanás, quien arrinconado y asustado, no sabe qué hacer al ver que, a quien
crucificaron, era al Hijo de Dios. Y que
con TODO lo que le hicieron, más bien fue la derrota de ellos mismos. Satanás y su reino de las tinieblas han sido
derrotados. Ahora Jesucristo ha VENCIDO y subió al Padre y se sentó a su Diestra.
Esta parte del sacrificio de Jesucristo, casi o
nunca es predicado en las iglesias… ¿Por qué razón? No lo sé. Casi siempre sólo nos hablan del sacrificio
de la Cruz, pero eso sólo era la primera fase del sacrificio bendito de nuestro
Salvador, falta que la gente escuche acerca de la segunda fase de ese
ÚNICO sacrificio de nuestro Señor.
Ahora que ya sabes la historia completa del “Sacrificio
de nuestro Señor Jesucristo”, sabes de qué nos libró Él. Esa muerte segunda que Él experimentó en las
profundidades de la Tierra, era la que nos tocaba también sufrir por causa de
nuestro pecado, pero el Amor del Padre fue tan grande, que envió a su Hijo para
sustituirnos de todo ese sufrimiento.
Eso es motivo para alabar a Dios por toda la eternidad.
Espero que este artículo te halla bendecido y te
ayude a amar y buscar más a Dios, pues todo eso (el sacrificio del Cordero
Santo), fue la darnos la salvación eterna y librarnos del Lago de Fuego. Bendiciones para tu vida.