LA IRREFUTABLE PALABRA
DE DIOS
(Parte I)
Por Wally Santos
Examinando
las páginas de la historia de la humanidad, observamos que muchos han sido los
personajes que han intentado desvirtuar la bendita Palabra de Dios, otros desde
un lugar privilegiado la prohibieron por algún tiempo, y otros hasta asesinaron
por frenar su divulgación a los pueblos.
Sin embargo, la Palabra de Dios continúa pregonándose a las naciones y
hoy más que nunca su divulgación es masiva a todo el mundo.
Muchas
veces, los nacidos de nuevo de
diferentes épocas de la historia cristiana se han preguntado el por qué ocurren
persecuciones a los feligreses por el simple hecho de llamarse cristianos, y en
algunos lugares son violentados sus derechos como humanos por sólo predicar acerca
del Plan de Dios para el hombre. Y en
esa mayor parte de ocasiones, los cristianos no son conscientes que la misma
Palabra de Dios nos advierte que, los que quieran vivir piadosamente padecerán
persecución (2 Tim.3:12)
y que el reino de las Tinieblas tiene como finalidad impedir la
divulgación de tal Plan Divino.
Hordas
incontables de espíritus malos están por todo el mundo tratando de impedir que
el Mensaje de Salvación llegue a todas
las personas, atacando de diversas formas.
“Porque no
es nuestra pelea solamente contra hombres de carne y sangre…” (TA),
decía el apóstol Pablo.
“Revestíos
con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias
del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas,
contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales. Por
tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo,
y habiéndolo hecho todo, estar firmes.”
(Efesios 6:11-13 LBLA)
El
cristiano sincero que reflexiona en todo esto dirá en algún momento de
dificultad que quizá Dios se ha olvidado de él, o por qué Dios le permite al
diablo y sus huestes tales situaciones infortunadas, o simplemente no entiende el
por qué el Señor permite esas cosas dolorosas en su vida. Sin embargo, por medio de la Palabra de Dios
entendemos que son muchas las causas por las cuales Dios permite algunas
adversidades a su pueblo, y me llama mucho la atención que el pueblo de Israel,
en estos casos que mencionaré, sufría por causa de la desobediencia a las
instrucciones de Dios.
Al
ver cuidadosamente en la Biblia, notamos que Dios, usando a sus santos
profetas, le advertía al pueblo de Israel sobre eventos dolorosos que habrían
de venir si no enderezaban sus caminos por el sendero de la Palabra de Dios. Por alguna razón que los humanos no
entendemos, Dios eligió al pueblo de Israel para darnos ejemplos a nosotros,
los que estamos viviendo este tiempo glorioso de la Iglesia de Jesucristo, para
que aprendamos por medio de esa “nación-ejemplo”
que vemos en el Medio Oriente. Pablo
dijo en 1 Corintios 10:11 que todas las cosas que les sucedieron a los
israelitas FUERON ESCRITAS como enseñanza PARA NOSOTROS:
“Estas
cosas les sucedieron como ejemplo, y fueron escritas como enseñanza PARA NOSOTROS, PARA QUIENES HA LLEGADO EL
FIN DE LOS SIGLOS.” (LBLA)
Vemos
en la historia de los israelitas que Dios quería llevar a ese pueblo por una
ruta de obediencia, pero ellos (a veces) querían
irse por otro camino, y eso los conducía a la severa vara de Dios.
Los
profetas que Dios utilizó, marcó una gran diferencia entre el pueblo de Dios (Israel) y los otros pueblos. A tal punto que muchos pueblos vecinos se
maravillaban de cómo el Dios de los hebreos castigaba a Israel si no obedecían
a sus leyes. Una de esas hermosas
historias narradas en la Biblia, es la historia de Ruth y Noemí (Libro de Ruth).
Noemí
fue una mujer israelita que fue a vivir con su familia (esposos y dos hijos) a una tierra de paganos (Moab), huyendo por el hambre en su tierra. Allí en Moab, sus hijos
consiguieron mujeres y se casaron, pero tanto el esposo de Noemí como sus dos
hijos hicieron lo malo ante Dios, y Él los eliminó. Es obvio que sus dos nueras observaron que el
Dios de Noemí, era un Dios VIVO, y que castigaba a los desobedientes, pero
bendecía a quienes les obedecían. Así
que las dos nueras de Noemí (Ruth y Orfa)
tenían qué decidir si irse con Noemí de regreso a Israel o quedarse en
Moab. Noemí les dice que no es
obligación de ellas irse de su pueblo hacia Israel. Orfa luego de llorar por la despedida se
regresa a su familia (pagana), pero
Ruth (también llorando) decide irse
con Noemí diciéndole estas palabras:
Ruth decide acompañar a Noemí
“… No
insistas que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, iré yo, y
donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, Y TU DIOS MI DIOS.” Ruth 1:16 (LBLA).
Para
que Ruth tomara la importante decisión de irse con su suegra a Israel,
seguramente fue porque notó que el Dios de Noemí (la israelita), era UN DIOS VIVO, pues había matado al esposo e
hijos de Noemí, mientras que los dioses que ella conocía de su pueblo Moab, ni “Fu ni Fa” (es decir, no hacían nada). Ruth sabía que los dioses que ella y su
familia adoraron durante toda su vida, jamás les habían respondido nada, eran
dioses muertos. Pero entonces, Ruth,
conoció a través de Noemí, que el Dios de los hebreos era diferente, era (y es) el Dios de los Cielos, y que
reina por siempre.
Cuando
Ruth decide seguir a Noemí, es porque de ahora en adelante el Dios de Noemí, “sería su Dios” también. Sin lugar a dudas, Ruth se había enamorado de
ese Dios Vivo, a pesar que le había matado a su marido. Y por supuesto, más adelante el Señor honra a
Ruth y le da un nuevo esposo, rico y temeroso de Dios. Fue a tal punto la
bendición que Dios le dio a Ruth, que le permitió llegar a formar parte de la
genealogía de su Hijo Jesús, el Salvador del mundo. ¿Una ex – pagana llega a ser parte de la
genealogía de Cristo Jesús? Sí,
así son los planes eternos de nuestro bendito Dios. De la unión de Ruth (moabita) y Booz (Israelita)
vino la genealogía de Jesús.
Así
como Ruth, de un pueblo pagano, se convirtió al Dios de Israel porque vio que
era un Dios vivo, así también vemos que muchos “extranjeros” de Israel adoptaban a ese bendito Dios como su Dios
también. Pero… ¿qué era lo que ellos veían en este Dios tan especial? Veían que lo que Dios le anunciaba a Israel
por medio de sus santos profetas, SE CUMPLÍA.
Vemos
a un profeta de Dios como lo fue Jonás (aunque
algo terco), que ante su mensaje de destrucción (de parte de Dios) sobre Nínive, toda esa nación se convirtió a Dios. Aunque más adelante se desvían nuevamente y
les viene la destrucción, como lo fue anunciado por los profetas.
El Profeta Daniel vio más allá que cualquier otro profeta
LA IRREFUTABLE PALABRA DE DIOS SE CUMPLE
En
la Biblia encontramos muchas profecías que fueron dichas por los profetas de
Dios y la gran mayoría, ya se cumplieron.
Sólo faltan algunas que se cumplirán en nuestro tiempo, y otras más para
el futuro cercano. Sin embargo, cuando
revisamos algunas de esas profecías ya cumplidas, notamos lo irrefutable que es
la bendita Palabra de Dios, y me impresiona cómo ese cumplimiento es tan “matemáticamente exacto” y maravilloso.
Realmente
no me explico cómo algunos cristianos actuales no les interesa mucho leer la
Palabra de Dios, menos aún estudiarla.
La Biblia es un manantial interminable de enseñanzas, revelación de
misterios y secretos de Dios, sencillamente la Biblia es un libro del cual yo
estoy enamorado, porque me habla de ese bendito Dios del cual se enamoró Ruth,
y del cual yo también me enamoré. Y mayormente,
cuando veo que la Palabra de Dios tiene un fiel cumplimiento en la historia de
la humanidad. Veamos algunas de esas
maravillosas profecías dichas por algunos profetas de Dios y su fiel
cumplimiento.
En
primer lugar, debemos entender que hay profecías dichas para Israel, otras para
las naciones del mundo, y otras para la Iglesia-Novia. Pero una de las profecías que me impresionan
mucho y cada vez que medito en ella me eriza la piel y me hacen brotar lágrimas
de gozo por su fiel cumplimiento, es la que anunciaba la llegada del Mesías
Salvador. Por supuesto, profecías acerca
de la venida del Mesías Salvador hay muchas en la Biblia, pero veamos esta:
1) PROFECÍA DEL ADVENIMIENTO DEL MESÍAS
(CONTENIDA EN LA PROFECÍA DE LAS SETENTA SEMANAS.)
Al
profeta Daniel le es dicho por medio de un ángel del Señor estas palabras:
“Setenta
semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner
fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad,
para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir
el lugar santísimo.
Has de
saber y entender que desde la salida de la orden para restaurar y reconstruir a
Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos
semanas; volverá a ser edificada, con plaza y foso, pero en tiempos de
angustia.
Después
de las sesenta y dos semanas el Mesías será muerto y no tendrá nada, y el
pueblo del príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario. Su fin
vendrá con inundación; aun hasta el fin habrá guerra; las desolaciones están
determinadas.” (Daniel 9:24-26
LBLA)
Esta
profecía de “las Setenta Semanas” es
una de las más profundas contenidas en la Palabra de Dios, porque nos habla
acerca de muchos eventos en el tiempo, especialmente nos habla de escatología (eventos del futuro), y uno de esos eventos es acerca de la
venida del Mesías y su muerte (en el
tiempo de Daniel aún era en futuro, unos 500 años antes). Esta profecía de las “Setenta Semanas” aún está vigente, y ha tenido cumplimiento en
algunos aspectos, pero faltan otros por cumplirse. Sin embargo centremos nuestra atención en lo
referente a la primera venida del Mesías Salvador.
Si usted desea
estudiar más a fondo la profecía de las “70 SEMANAS”,
ingrese a este link.
Esta
profecía de las “SETENTA SEMANAS”, abarca prácticamente toda la historia de
Israel a partir de su regreso del cautiverio babilónico ocurrido aprox. en el
año 536-535 AC. (Según algunos
historiadores), y específicamente desde que se diera la orden de
reconstruir Jerusalén (444-445 A.C. Aprox
según otros investigadores bíblicos), hasta el surgimiento del Anticristo y
su respectiva destrucción por parte del Señor (esto aún en un futuro cercano).
Sin embargo, en esa profecía se
le dijo a Daniel que habría 3 etapas de cumplimiento, una que abarcaría 7 semanas, otra de 62 semanas y otra final de 1 semana,
dando un total de 70 semanas. Aunque
debemos entender que aquí cada semana equivale a 7 años, y el calendario que
utilizaban ellos era el “lunar” (nosotros utilizamos el “solar” con 365.25 días por año aprox.).
En
otras palabras, habría un período de 49 años a partir de que se diera la orden
de edificar Jerusalén, otro periodo de 434 años, y luego otro periodo de 7
años.
Lo
impresionante de esta profecía de las 70 Semanas, es que las dos primeras
etapas YA SE CUMPLIERON, y sólo está
pendiente la etapa final que corresponde a la semana número “Setenta” de la profecía de Daniel y
luego el fin. Pero curiosamente esa última
semana es conocida en la Biblia también, como “La Gran Tribulación”. Ese período aún está en el futuro
cercano para nosotros. ¿Pero qué tan
cercano?... Uff… MUY CERCANO. Basta con
decirle que, con sólo observar el panorama mundial, yo observo que los tres
actores principales que tendrán una gran relevancia durante la Gran Tribulación
YA están en el escenario mundial (El
Anticristo, El Falso Profeta, y los 10 reyes sin reino que menciona
Apocalipsis).
Entonces,
si ya están esos tres actores del escenario final, ¿quiere decir que ya estamos en la Gran Tribulación? NO, Por
misericordia de Dios aún no ha empezado ese terrible período, pero está a las
puertas y es inminente (que llegará, va a
llegar). Luego de la semana 62 (de la
segunda etapa de cumplimiento), como que se abrió un paréntesis en el
tiempo y luego viene la semana número 70 de esta tremenda profecía para Israel. Hoy el trato con Israel aún está en ese paréntesis de pausa en el reloj de
Dios. Pero ese trato se reanudará cuando
inicie la Semana 70. Mientras tanto, en
ese paréntesis de tiempo para el trato con Israel, Dios está tratando con los
gentiles, y el Espíritu Santo está formando a la Iglesia-Novia del Señor
Jesucristo.
Ahora
enfoquémonos en lo relacionado con la primera venida del Mesías. A Daniel se le dijo que después de la Semana
62 (más las 7 anteriores = 69), se le
quitaría la vida al Mesías y ocurrirían algunos eventos:
“Sábete,
pues, y nota atentamente: Desde que salga la orden o edicto para que sea
reedificada Jerusalén , hasta el Mesías príncipe, pasarán siete semanas, y
sesenta y dos semanas; y será nuevamente edificada la plaza, o ciudad, y los
muros en tiempos de angustia. Y después
de las sesenta y dos semanas SE
QUITARÁ LA VIDA AL MESÍAS; Y NO SERÁ MÁS SUYO EL PUEBLO, EL CUAL LE NEGARÁ.
Y un pueblo con su caudillo vendrá, y destruirá la ciudad y el santuario; y su
fin será la devastación, y acabada la guerra quedará establecida allí la
desolación”. Daniel 8: 25-26 (TA)
Estudiosos
de la Escatología Bíblica lograron calcular que desde que se dio la orden de
restaurar la ciudad de Jerusalén, se contaron las 69 semanas (7 semanas + 62 semanas), y esa orden se
dio en el 1 de Nisán del año 20 de Artajerjes, según Nehemías. 2:1 (aproximadamente el 14 de Marzo del año 445
A.C.). A partir de ese momento el reloj profético
de Dios del trato con Israel se inicia para las 70 semanas.
La
primera etapa de la profecía se cumple (final
de las primeras 7 semanas), y esto ocurre cuando la ciudad y la plaza son
terminadas de restaurarse en el año 395 A.C. aprox. Luego vendría la siguiente etapa de 434 años (62 semanas), la cual culmina ASOMBROSAMENTE el 6 de
ABRIL DEL AÑO 32 D.C.
Cuando JESÚS ENTRA A JERUSALÉN
montado en un borriquito, evento que también estaba profetizado en Zacarías
9:9.
“Regocíjate sobremanera, hija
de Sion. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén. He aquí, tu rey viene a ti,
justo y dotado de salvación, humilde, MONTADO
EN UN ASNO, EN UN POLLINO, HIJO DE ASNA.” (Zac. 9:9 LBLA)
Sólo
en ese momento se cumplieron “matemáticamente”
dos antiguas profecías bíblicas, la “llegada
del Mesías a Jerusalén” para su preparación hacia su muerte dicha por el
profeta Daniel unos 535 años antes, y “montado
en un burrito”, como lo anunció el profeta Zacarías unos 520 años antes que
ocurriera. ¡¡QUÉ
ASOMBROSO CUMPLIMIENTO DE LA PALABRA DE DIOS!!....”MATEMÁTICO”.
Además,
el Señor Jesús, conociendo tales profecías acerca de Él, al entrar ese día sobre
el burrito, pronuncia estas palabras (Lucas 19:42-44):
“y
dijo: ¡Si sólo hubieras conocido a los que vinieron para tu paz, A LO MENOS EN ESTE TU DÍA! PERO AHORA ESTÁN OCULTOS A TUS OJOS. Porque vendrán días cuando tus enemigos te
sitiarán y por todas partes te pondrán en estrecho; y te derribarán a tierra, y
a tus hijos dentro de ti; y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no
conociste el tiempo de tu visitación”.
(Versión Aramea).
Aquí
el Señor les decía a ellos que ése “DÍA”
se estaba cumpliendo lo dicho por los profetas Daniel y Zacarías, pero que
desafortunadamente, tal evento estaba “ocultos a los ojos de ellos”. Los
israelitas no se dieron cuenta del cumplimiento profético de ése día, estuvo
oculto a sus ojos. Y más aún, Jesús
dijo: “AL MENOS
EN ESTE TU DÍA”… ¿Qué día…?
El día 6 de Abril del año 32 D.C., día cuando se cumplió la
Palabra de Dios dicha cinco siglos antes.
Es decir, ese día 6 de abril se cumplió matemáticamente la semana 69 de
Daniel, y el momento de la muerte del Mesías, sólo era cuestión de un poco más
de tiempo. Daniel dijo: ““Y DESPUÉS de las sesenta y dos semanas SE QUITARÁ LA VIDA AL MESÍAS”. Es decir, DESPUÉS del 6 de abril del año 32,
Jesús moriría por los pecados de toda la humanidad.
Recuerde
lo dicho por Daniel:
“y
después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías; y no será
más suyo el pueblo, el cual le negará. y un pueblo con su caudillo vendrá, y
destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será la devastación, y acabada la
guerra quedará establecida allí la desolación”.
Daniel 8: 25-26 (TA)
Allí
leemos que su pueblo le negaría y luego vendría la destrucción sobre la ciudad
de Jerusalén por medio de un caudillo.
Jesús también hace mención de ese fatídico día para Jerusalén y
profetiza diciendo:
“y
dijo: ¡Si sólo hubieras conocido a los que vinieron para tu paz, a lo menos en
este tu día! pero ahora están ocultos a
tus ojos. PORQUE VENDRÁN DÍAS CUANDO TUS ENEMIGOS TE SITIARÁN Y POR TODAS PARTES
TE PONDRÁN EN ESTRECHO; Y TE DERRIBARÁN A TIERRA, Y A TUS HIJOS DENTRO DE TI; Y
NO DEJARÁN EN TI PIEDRA SOBRE PIEDRA, POR CUANTO NO CONOCISTE EL TIEMPO DE TU
VISITACIÓN”. (Lc. 9:42-44 Versión
Aramea).
Y
así fue, el pueblo de Israel negó a su
Señor y lo rechazó. En lugar de pedir
que liberaran al Justo, cuando Pilato lo presentó ante la multitud, la gente
pidió al delincuente Barrabás para que lo soltaran (Lc. 23:13-25), y el Justo murió por
los injustos (incluidos nosotros
allí). Él murió por toda la
humanidad que lo quiera recibir como Su Salvador.
Años
más tarde, se cumple lo profetizado por Daniel y Jesús, Jerusalén es sitiada
por los romanos y luego destruida. Los
soldados romanos destruyen por completo Jerusalén y su amado templo (año 70 D.C.), sin dejar piedra sobre
piedra del templo hasta hoy. El caudillo
que menciona Daniel era el general Tito, quién comandó los ejércitos romanos en
aquella revuelta del año 70 D.C.
Vemos
que todos estos eventos profetizados por los profetas de Dios, tuvieron su fiel
cumplimiento. Y las palabras de Jesús
resuenan de nuevo… “SI SÓLO HUBIERAN CONOCIDO EL DÍA DE SU
VISITACIÓN”. Aparte de
todo esto, cuando Pilato les ofrece
soltar a uno de los dos condenados a muerte, y ellos escogen a Barrabás, Pilato
después de lavarse las manos simplemente les dice:
“…Soy
inocente de la sangre de este justo; ¡allá vosotros! Y respondiendo todo el
pueblo, dijo: ¡CAIGA SU SANGRE SOBRE
NOSOTROS Y SOBRE NUESTROS HIJOS! Entonces les soltó a Barrabás, pero a
Jesús, después de hacerle azotar, le entregó para que fuera crucificado.” (Mat.
27:24-26 LBLA)
Por
esa razón, a partir de allí, los judíos sufrieron su segunda gran dispersión y
casi aniquilación, quedando sin nación, sin una tierra a la cual ellos pudieran
llamar “mi país”, sino hasta 1948,
año en que milagrosamente vuelven a ser una nación (su primera gran dispersión fue durante la invasión y el cautiverio
babilónico en 606 A.C.). Después del año 70 D.C. los judíos fueron
perseguidos, atribulados, asesinados y llevando tras sí muchas
tribulaciones. Aunque la mayoría de
ellos fueron prósperos negociantes en el mundo, el dolor de su corazón por no
tener una patria siempre fue real en sus vidas.
Muchos de ellos se preguntaban generación tras generación del… ¿Por
qué tanto sufrimiento para el pueblo judío?, pero ellos no sabían que
sus antepasados, los religiosos y pueblo del tiempo de Pilato, pronunciaron
esta terrible declaración sobre sus descendientes: “¡CAIGA
SU SANGRE SOBRE NOSOTROS Y SOBRE NUESTROS HIJOS!”. Allí ellos “ataron” a sus descendientes al sufrimiento. ¡QUÉ TERRIBLE DECLARACIÓN!.
2) PROFECÍA ACERCA DE LA MUERTE DEL MESÍAS EN
EL ANTIGUO TESTAMENTO
Otra
de las tremendas profecías acerca de Jesucristo, son las relacionadas con la
muerte del Mesías cuando fuera rechazado por su pueblo, Israel.
Sin
lugar a dudas, uno de los temas más importantes mencionados en la Biblia es
acerca del Sacrificio del Cordero de Dios que quitaría el pecado de los
pecadores, si acaso estos aceptan tal sacrificio. Bien sabemos que el Sacrificio de este
Cordero Santo puede abarcar a todo aquel que se acoge de este beneficio. Si todo el mundo aceptara ese beneficio,
seguramente todos serían perdonados y salvos; sin embargo, por las mismas
Escrituras, sabemos que no todos se acogerán a este beneficio que Dios nos
dejó. La gran mayoría de la humanidad
elige el pecado, se deleita en él y lo promueve, alejándose así de Dios. Actitud que los lleva irremediablemente a la
perdición eterna.
Por
otro lado, existe otro grupo de personas que aceptamos el bendito Sacrificio
del Cordero Santo, el Hijo de Dios que vino a este mundo para morir por causa
nuestra, pagando así nuestra deuda, y llevarnos a la salvación eterna, la
salvación de todo nuestro ser (espíritu,
alma y cuerpo).
Es
interesante observar en la Palabra de Dios, que hay muchas referencias en el
Antiguo Testamento acerca del sufrimiento y muerte del Mesías Salvador. Profecías que fueron dichas siglos antes que
Jesucristo viniera al mundo para desarrollar su ministerio terrenal. Pero haré referencia a algunas de ellas, y de
esta forma poder ver lo impresionante que es la Palabra de Dios y cómo tuvo su
fiel cumplimiento respecto a este tema.
Por
ejemplo, el profeta Isaías menciona en su libro varias referencias a la muerte
del Mesías, en todo el Capítulo 53 se habla exclusivamente de lo que habría de
sufrir el Cordero de Dios,
a) En
el verso 53:2-3 se nos habla acerca de lo desfigurado que sería su semblante al
recibir nuestro Señor Jesús, todos los vejámenes que le provocaron sus
angustiadores antes de Crucificarlo.
“…no tiene aspecto hermoso ni majestad
para que le miremos, ni apariencia para que le deseemos. Fue despreciado y desechado
de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de
quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no le estimamos.
“ (LBLA)
Estas palabras
del profeta Isaías tuvieron su fiel cumplimiento en Mateo 27:28-31:
“y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, y
pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo:
¡Salve, Rey de los judíos! Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la
cabeza. Después de haberle
escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.” (RV 60)
b) Isaías
60:4-5 también nos menciona que mediante ese sacrificio del Cordero de Dios, nuestras enfermedades serían llevados sobre
Él.
“Ciertamente El llevó nuestras
enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y afligido. Mas El fue herido por nuestras
transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz,
cayó sobre El, Y POR SUS HERIDAS HEMOS
SIDO SANADOS.” (LBLA).
El Apóstol
Pedro, en su carta nos dice acerca del fiel cumplimiento de lo dicho por el
profeta Isaías:
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo
pecado, ni se halló engaño en su
boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba,
sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo
nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero,
para que nosotros, estando
muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; Y POR CUYA HERIDA FUISTEIS SANADOS.” (1 Pedro 2:21-24 RV60)
c) Isaías
60:6-8 nos indica que el sufrimiento del Mesías sería por causa nuestra, sería
llevado como Cordero al matadero, y no abriría su boca:
“Todos nosotros nos descarriamos como
ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él el pecado
de todos nosotros. Angustiado él, y
afligido, NO ABRIÓ SU BOCA; COMO CORDERO
FUE LLEVADO AL MATADERO; Y COMO OVEJA
DELANTE DE SUS TRASQUILADORES,
ENMUDECIÓ, Y NO ABRIÓ SU BOCA.
Por cárcel y por juicio fue quitado; Y SU GENERACIÓN, ¿QUIÉN LA CONTARÁ? Porque fue cortado de la tierra de los
vivientes, y por la rebelión de mi
pueblo fue herido.” (RV 60)
En el
cumplimiento de estas palabras proféticas, ya el apóstol Pedro lo dijo en las
cita que antes mencionamos. Sin embargo,
al final de esta cita de Isaías, notamos algo muy peculiar, se habla de una “generación” que no podría ser
contada. Esa generación somos nosotros,
los nacidos de nuevo que aceptamos a Cristo como nuestro Salvador y han sido
miles de miles desde la muerte y resurrección de nuestro Señor hasta nuestros
días. Cristo Jesús fue cortado de esta
tierra de vivientes, pero dejó una gran descendencia tras sí. La nueva Raza que
está siendo formada por el Espíritu Santo usando a los cinco ministerios hoy.
d) El
profeta Isaías también menciona que cuando el Cordero de Dios fuera muerto,
moriría entre pecadores y su sepultura sería en la tumba de un rico:
“SE
DISPUSO CON LOS IMPÍOS SU SEPULTURA, PERO CON EL RICO FUE EN SU MUERTE, aunque no había hecho violencia, ni había
engaño en su boca.” Isa. 53:9 (LBLA)
“Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, Y
FUE CONTADO CON LOS PECADORES, habiendo él llevado el pecado de
muchos, y orado por los transgresores. (Verso
53:12 RV60)
¡¡¡Asombrosamente!!!
Esas palabras del profeta Isaías se cumplieron matemáticamente. En el Evangelio de Mateo 27:57-60
se nos narra que un hombre rico (y prominente del concilio, según
Marcos 15:42-46), José de Arimatea, pediría el cuerpo muerto de
Jesús y lo enterraría en la tumba que era para él mismo cuando muriera, pero la
usó para la sepultura de Jesús. La tumba
era nueva, y figurativamente, Jesús estaba sustituyendo a José de Arimatea en
su tumba.
“Y al atardecer, vino UN HOMBRE RICO de Arimatea, llamado José, que también se había
convertido en discípulo de Jesús. Este se presentó a Pilato y le pidió el
cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran. Tomando José el
cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino, Y LO PUSO EN SU SEPULCRO NUEVO que él había excavado en la roca, y
después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue.” (RV 60)
Además. Jesús
murió entre dos pecadores, tal como el profeta Isaías lo dijo unos 500 años
atrás:
“Crucificaron también con él a dos
ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda. Y SE CUMPLIÓ LA ESCRITURA QUE DICE: Y FUE CONTADO CON LOS INICUOS.” (Marcos 15:27-28 RV 60)
e) Con
este sacrificio perfecto, Isaías dice que el Mesías tendrá una descendencia,
que serán muchos y que habrán sido justificados por el Justo, cargando las
iniquidades de ellos, y los días de esa
descendencia serán prolongados sus días (es decir eternamente):
“Pero quiso el SEÑOR quebrantarle,
sometiéndole a padecimiento. Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de
expiación, VERÁ A SU DESCENDENCIA, PROLONGARÁ SUS DÍAS, y la voluntad del
SEÑOR en su mano prosperará. Debido a la angustia de su alma, El lo verá y
quedará satisfecho. Por su conocimiento, el Justo, mi Siervo, JUSTIFICARÁ A MUCHOS, Y CARGARÁ LAS
INIQUIDADES DE ELLOS” (Isa.
53:10-11 LBLA)
Jesús mismo, en
su ministerio terrenal enseñó muchas veces que al seguirlo a Él, Él nos
conduciría a la vida Eterna, pero el que lo rechace irá a la condenación
eterna:
“Y como Moisés levantó la serpiente en el
desierto, así es necesario que el Hijo
del Hombre sea levantado, PARA QUE TODO
AQUEL QUE EN ÉL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA. PORQUE
DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE HA
DADO A SU HIJO UNIGÉNITO, PARA QUE TODO
AQUEL QUE EN ÉL CREE, NO SE PIERDA, MAS TENGA VIDA ETERNA.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El
que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:14-18)
De igual manera,
el Apóstol Pablo enseñaba a sus discípulos que al creer en Jesucristo,
obtendríamos la Vida Eterna:
“Pero por esto fui recibido a
misericordia, para que Jesucristo
mostrase en mí el primero toda su clemencia,
para ejemplo de los que habrían de creer en él PARA VIDA ETERNA.” (1 Tim.
1:16 RV60)
“Pelea la buena batalla de la fe, ECHA
MANO DE LA VIDA ETERNA, a la cual
asimismo fuiste llamado, habiendo hecho
la buena profesión delante de muchos testigos.” (1 Tim. 6:12 RV60).
f) Otros
tres detalles muy impresionantes acerca de la muerte del Mesías, el Cordero de
Dios, es que el Libro de los Salmos
indica que habrían tres momentos donde pasarían estas cosas:
“Porque perros me han rodeado; me ha
cercado cuadrilla de malhechores; ME
HORADARON LAS MANOS Y LOS PIES.” (Salmo
22:16 LBLA)
“Y POR
COMIDA ME DIERON HIEL, Y PARA MI SED ME DIERON A BEBER VINAGRE.” (Salmo 69:21 LBLA)
“EL
GUARDA TODOS SUS HUESOS; NI UNO DE ELLOS
SERÁ QUEBRANTADO.” (Salmo 34:20 LBLA)
Y efectivamente
así sucedió, estas citas nos indican que
lo dicho por el salmista, mil años atrás, se cumplió fielmente. En la crucifixión horadaron sus manos y pies
como ya sabemos:
“CUANDO
LE HUBIERON CRUCIFICADO, repartieron
entre sí sus vestidos, echando suertes
sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno.”
(Mar 15:24)
“Y a la hora novena Jesús clamó a gran
voz, diciendo: Eloi,
Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has
desamparado? Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo:
Mirad, llama a Elías. Y CORRIÓ UNO, Y EMPAPANDO UNA ESPONJA EN VINAGRE, Y PONIÉNDOLA EN UNA CAÑA, LE DIO A BEBER, diciendo:
Dejad, veamos si viene Elías a bajarle.
Mas Jesús, dando una gran voz, expiró.”
(Mar 15:34-37)
“Vinieron,
pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado
con él. Mas CUANDO LLEGARON A JESÚS, como le vieron ya muerto, NO LE QUEBRARON
LAS PIERNAS.” (Juan 19:32-33)
Estos tres
detalles impresionantes ocurridos en el último momento en la vida del Mesías
fueron dichos unos mil años atrás, antes que sucedieran, y Dios cumplió
fielmente Su bendita Palabra Profética.
Sin embargo, estos sólo son algunos pocos ejemplos de las profecías
dichas por los profetas acerca de la venida del Mesías y su muerte por causa de
nosotros, para darnos la Vida Eterna.
Pero hay muchas citas más en la Biblia acerca de estos eventos, y los he
mencionado para que tú puedas ver que la Biblia es la Palabra de Dios.
Continuaremos
con más de estos interesantes hechos proféticos y su cumplimiento en la
historia de la humanidad, en nuestra SEGUNDA PARTE, así que espéralo. Bendiciones para tu vida, y agradeceré tus
comentarios y las bendiciones que Dios te ha dado al leer estos artículos, en
mi correo electrónico: wallysp77@gmail.com
Bendiciones y Hasta
la próxima…