domingo, 1 de mayo de 2011

Semana 70 de Daniel (III)

Semana 70 de Daniel 
(Parte III)

Por Wally Santos


¿CALENDARIO LUNAR O SOLAR?


Si empezamos a contar en Marzo del 444 A.C. y substraemos 483 años, obtenemos el año 39 D.C. No obstante, primero de todo hay que tener en cuenta un problema: un año en tiempos de Daniel era lunar y no solar. Actualmente usamos el calendario Gregoriano, que determina la longitud de un año a partir del sol, pero los judíos usaban la luna. De aquí proviene la palabra “mes”, que tiene su origen en el latín “mensis” (mes), que a su vez proviene del griego “mene”, que significa “luna”. La longitud de un año Lunar era diferente de la de un año Solar. Un año solar es el número de días que la tierra tarda en girar alrededor del Sol y volver a la misma posición.

La duración de un año en términos bíblicos es, por lo tanto, diferente del sistema Gregoriano actual. El sistema bíblico era lunar mientras que el Gregoriano es Solar. Por lo tanto, un mes constaba de 29 días y de 30 días cada dos meses, agregando cada cinco o seis años un mes extra que no era bíblico. En Génesis 7-8 podemos observar que el diluvio duró 5 meses o 150 días: un mes eran 30 días. Un día tenía 24 horas en tiempos de Daniel, como actualmente. Si usamos días en lugar de años, podemos hacer cuadrar los dos métodos.

1. Sabemos que hay 360 días en un año bíblico.

                              360 x 483=173,880 días

2. Hay 365.242 días en un año de nuestro calendario.

3. Si dividimos nuestros 365.242 días entre 173,880 días, obtenemos 476 años y 24 días.

4. Substraemos 476 años de 444 A.C y llegamos al año 33d.C. y agregamos 24 días (año 0, que es 1).

La orden se dio en el mes de Nisán. Nisán corresponde a Marzo/Abril de nuestro calendario. Por consiguiente, 69 semanas finalizan el día 24 de Nisán o, aproximadamente, en el 29 de marzo del año 33 d.C.


Una vez estos años se adaptan a nuestro calendario, obtenemos que "el Mesías Príncipe" fue eliminado o matado en el año 33 d.C. ¿Quién murió en ese año y decía ser el Mesías y gobernante de Israel? Examinando las profecías bíblicas sobre el Mesías podemos extraer sólo una conclusión: el "Mesías Príncipe" eliminado no era otro sino Jesús de Nazaret que afirmaba ser el Mesías o Cristo (que es la palabra griega usada para “Mesías”). ¿Pero por qué moriría o sería asesinado el Mesías? ¿Dan soporte otros escritos al hecho de que el Mesías fuera eliminado o asesinado?




EL MESÍAS, EL PRÍNCIPE ELIMINADO


"Y después de las sesenta y dos semanas Se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; Y el pueblo de un príncipe que ha de venir Destruirá la ciudad y el santuario; Y su fin será con inundación, Y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones” (Daniel 9:26).

Gabriel informa a Daniel de que después de la división de 62 semanas o 434 años, el Mesías sería eliminado. La palabra hebrea para eliminar es “Karath” y significa “asesinar, quitar, matar o eliminar”, etc. Gabriel le dice a Daniel que el Mesías el gobernador será asesinado después del período de 434 años. ¿Es coherente con las Escrituras el hecho de que el Mesías sería asesinado?

Las dos descripciones del Mesías:

Gabriel le explica a Daniel que el Mesías será asesinado o eliminado, pero no por sí mismo. Aquí Gabriel está informando a Daniel sobre la doble naturaleza de este Mesías, ya que le dice que éste será un Príncipe, pero que morirá, aunque no por sí. Esta doble naturaleza del Mesías como Rey y Siervo Sufridor se desarrolla claramente en Isaías 52:13 a 53:12, lo cual fue escrito 700 años antes del nacimiento de Jesús.

“He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado y será puesto muy en alto. Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído”. (Isaías 52:13-15 RVA)

Isaías describe al siervo de Dios que será exaltado muy en alto, pero antes de esto se dice que será un hombre, hijo de hombres, que sufrirá y será desfigurado. Este Siervo será exaltado por encima de las naciones (Gentiles) y reyes, que comprenderán cuál es la "verdadera" naturaleza de este siervo.

Esta descripción del Mesías Príncipe que es eliminado concuerda con la descripción que hace Isaías del Siervo que será exaltado después de ser humillado. Isaías continúa explicando la razón de la muerte de este Siervo que será puesto muy en alto.

“Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.” (Isaías 53:5,8 )

Isaías nos dice que el Siervo que será exaltado murió por nuestras rebeliones y pecados y que se le quitó la vida por las rebeliones de “Mi pueblo”. En Daniel 9:26, Gabriel le dice que se le quitará la vida al Mesías Príncipe, mas no por sí. El Siervo que aparece en Isaías y el Mesías Príncipe de Daniel son la misma persona, Jesús de Nazaret, que murió por los pecados de humanidad.


¿Cuál es la naturaleza del Mesías?


En Daniel e Isaías vemos que el próximo Mesías será un hombre, un descendiente de los hijos del hombre (Isaías 52:14, Daniel 9:26). ¿Es el Mesías más que un simple hombre? En Zacarías 12:10, que fue escrito aproximadamente en el 520 A.C, leemos sobre alguien que librará a Israel y a Judá de los ejércitos del mundo y leemos asimismo que “ y mirarán a mí, a quien traspasaron” y que “los habitantes de Jerusalén llorarán como se llora por hijo unigénito”. Desde el principio del capítulo 12, El Señor está hablando en primera persona a través de Zacarías. En Zacarías 12:10, el Señor le dice a Israel que “y mirarán a mí, a quien traspasaron”, pero, ¿cuándo traspasaron los habitantes de Jerusalén a Dios?

"Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito”.
Zacarías 12:10 (RVA)

Isaías confirma la doble naturaleza del Mesías. En Isaías 9:6-7, se nos dice que el Mesías será de descendientes humanos ("un niño nos es nacido"), quien, por otra parte, será también Dios porque se identifica como, "Dios Todopoderoso, Padre Eterno". Sabemos que éste es el Mesías porque se sienta sobre el "el Trono de David" y su reino es "para siempre".

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.  Isaías 9:6-7 (RVA).

El Mesías Príncipe de Daniel 9:25-26 es tanto el Siervo que sufriría por los pecados del hombre (Isaías 53), como el Príncipe de Paz que reinará un día sobre la humanidad como Rey y Dios (Isaías 9:6-7). Lo que nosotros vemos es la doble naturaleza del Mesías presentada en las Escrituras.

Dios confirma la identidad de este Mesías revelándonos años antes de su nacimiento el día y año exactos en que sería asesinado y lo que seguiría a su muerte.

Las Setenta semanas de Daniel establecen y cierran este periodo de tiempo diciéndonos que después de que el Mesías fuese eliminado, Jerusalén y el Templo serían destruidos. Estableciendo una fecha específica en el 70 D.C., podemos pues saber que el Mesías vino antes de la destrucción del santuario y de la ciudad en el 70 D.C.


Después de que se le quite la vida al Mesías:

"Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; Y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”.  Daniel 9:26 (RVA)

¿Qué viene después de la muerte del Mesías Príncipe? A Daniel se le dice que después de la muerte del Mesías se destruiría Jerusalén y el Templo. Desde la perspectiva de Daniel, estamos viendo la “futura” destrucción de Jerusalén después de la restauración, que la llevará a cabo el pueblo de un príncipe que ha de venir". Llegados a este punto, Daniel está orando por la restauración de Jerusalén. La ciudad fue destruida por los babilónicos cuando él estaba en Babilonia en el 586 A.C. El ángel Gabriel está diciéndole a Daniel que la ciudad de Jerusalén será destruida de nuevo después de que hubiera sido reconstruida gracias a la orden que dio Artajerjes. (Daniel 9:25)

En el 70 D.C., el general romano Tito, hijo del Emperador Vespasiano, sitió Jerusalén y destruyó la ciudad y el Templo. Hoy en la ciudad de Roma, un monumento de casi 2000 años, el Arco de Tito, conmemora la victoria de los ejércitos romanos sobre Jerusalén. En los relieves del arco están los tesoros que se llevaron de Jerusalén, incluida una escultura de oro de la Menora, cogida del segundo Templo.

Después de que… "se quitará la vida al Mesías", lo cual ocurrió en el 33 D.C., se dice que el pueblo de un príncipe que había de venir destruiría la ciudad y Templo”. La historia verifica lo que pasó después: el ejército romano desmontó el Templo judío literalmente piedra por piedra para buscar oro fundido del templo quemado. Roma asesinó a más de un millón de judíos en el 70 D.C. Josefo, un general judío y cautivo romano, fue testigo de estos eventos que más tarde relató en su libro, Las Guerras judías.

En el año 132 D.C., Rabí Akiva se rebeló contra las duras leyes que había impuesto el emperador romano Adriano en contra del judaísmo y proclamó a Simón Bar Coziba (Bar Kochba) como Mesías. La sublevación duró tres años, finalizando en el 135 d.C., y como consecuencia, Jerusalén volvía a ser destruida, quedando totalmente arrasada y dejando 580.000 judíos muertos a manos de los romanos.

A Roma le vino muy bien esta revuelta judía, ya que en el mismo sitio donde quedaron las ruinas de Jerusalén construyeron una nueva ciudad romana, la Colonia Aelia Capitolina, que estaba dedicada al dios Júpiter. El nombre de Judea/Israel fue cambiado por el de Palestina. Adriano prohibió que los judíos entrasen en la ciudad.

Los romanos hicieron que el pueblo judío se dispersara por todo el mundo con el fin de que no hubiera más sublevaciones. Las maldiciones de Deuteronomio 28:64-65 y de 2ª de Crónicas 7:19-21 se habían cumplido, ya que Israel era esparcido por toda la tierra y el templo era destruido.

La destrucción de Roma tuvo lugar unos 600 años después de que Daniel orara para que Jerusalén fuera restaurada. Gabriel le dijo a Daniel que su ciudad sería restaurada pero que volvería a ser destruida después de que el Mesías fuera asesinado.

EL TEMPLO E ISRAEL COMO SEÑALES:


Gabriel le dice a Daniel que después de la destrucción de Jerusalén y del Templo, "su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones". Después de los años 70 D.C. y 135 D.C. Jerusalén ya había sido destruida en dos ocasiones, Roma había asesinado alrededor de un millón y medio de judíos y el pueblo judío había sido esparcido por la tierra. De acuerdo con 2ª de Crónicas y Deuteronomio 28, Israel y el Templo eran señales de obediencia y desobediencia. Si Israel obedecía a Dios, sería bendecido, por el contrario, si no le obedecía y le rechazaba, sería esparcido y el Templo sería destruido.

¿Qué pasó para que le ocurrieran estas tragedias a los judíos en los años 70 y 135 D.C.? Gabriel ya anunció que estos hechos tendrían lugar después de que el Mesías fuese eliminado. Por lo tanto, el rechazo de Israel hacia el Mesías Príncipe, el hecho de que fuese eliminado en el 33 D.C. y la destrucción tanto del Tempo como de Jerusalén 37 años después están directamente relacionados. Que Israel y el Templo hubieran sido destruidos eran señales de la desobediencia de Israel. Sin embargo, el Reloj Profético SE DETUVO en la semana 69 cuando se le quitó la vida al Mesías, después de la cual tenían que venir las desolaciones hasta la semana 70, ya que, tal y como dijo Gabriel y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”.


Devastaciones hasta el fin


Jerusalén se tenía que encontrar en un estado de devastación hasta el fin. Aunque, llegados a este punto sólo habían pasado 69 semanas en el reloj. Roma se convirtió en el Imperio Bizantino y su control sobre Jerusalén cayó con la invasión de los ejércitos musulmanes en el 638 D.C. Durante los siguientes 1300 años, los musulmanes controlaron Jerusalén y las tierras de Israel.

El Islam empezó en el 610 D.C., cuando Mahoma dijo haber recibido revelaciones del Dios de Abraham, Isaac y Jacob; afirmaba haber viajado hasta Jerusalén en una visión nocturna y haber ascendido hasta el cielo desde la cima del Monte Moriah para encontrarse con los profetas que había habido antes de él.

Después de que los ejércitos del Islam hubieran conquistado la ciudad, construyeron la Cúpula de la Roca, también conocida como mezquita de Omar, situada encima del Monte Moriah, donde había estado el tempo hasta el 688 D.C. Hoy, la Cúpula de la Roca es el tercer lugar más sagrado para el Islam.

Israel esparcido y unido de nuevo:

“Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra. Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma”. (Deuteronomio 28:64-65 )

Israel se esparció después de la muerte de "el Mesías Príncipe", cumpliendo así lo que había prometido Dios en caso de que Israel le rechazase. El número de años quedó determinado en 490, y ya se habían cumplido 483 con la muerte del Mesías. Todavía tenían que pasar 7 años para que se cumpliesen los 7 hechos de Daniel 9:24:

El mismo pacto de la promesa de que habría una diáspora para el pueblo judío, tenía otra parte en la que se aseguraba un día en el que éste se volvería a unir.



  

“Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará; y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres”. Deuteronomio 30:4-5 (RVA)

Gabriel le dijo a Daniel: “hasta el fin...durarán las devastaciones”. Dios le prometió a Israel un día en el que lo volvería a unir. La nación judía de Israel se formó en Mayo de 1948 después de que los Nazis alemanes no consiguieran su propósito de exterminarlos. La nación judía se formó de las personas que quedaron después de la dispersión romana 1900 años antes. La unión del pueblo judío es uno de los eventos más profetizados en las Escrituras.

“Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte del mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre. Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente”· (Jeremías 31:35-36 (RVA)

El Señor le dijo a Jeremías que si las leyes del sol, las estrellas, la luna y los océanos faltasen, entonces los descendientes de Israel dejarían de ser una nación. Dios quiso tranquilizar a Jeremías, diciéndole que, a pesar de Sus juicios, la relación de Dios con Israel sería eterna.